Todos pedimos dinero a nuestros padres cuando lo necesitamos, pero ¿de dónde lo sacan ellos? Está claro que para conseguir dinero hay que trabajar, pero aun así necesitan ir a un banco a sacar el dinero y es ahí donde entra en juego los cajeros automáticos.
El primer cajero automático que triunfó fue en los años 60. Todo comenzó cuando un escocés, John Shepherd-Barron, que trabajaba en una empresa que fabricaba máquinas de contar dinero. Trabajaba en Londres pero vivía en el campo, solía sacar dinero del banco los sábados de 9 a 12:30. Un sábado llegó un minuto tarde y no pudo sacar dinero, fue entonces cuando se preguntó cómo podría obtener su dinero sin tener que tratar con una persona. La respuesta se la proporcionó una máquina expendedora de chocolatinas, John vio en esa otro modo de empleo, con dinero. En 1967 se instaló el primer cajero en una sucursal de Barclays en Londres.
No todo fue bien desde el principio, las cosas se complicaron debido a los agentes externos a los que se veían expuestos durante todo el día, no sin olvidar los vándalos que los forcejeaban. Es por esto por lo que se han puesto en marcha medidas de seguridad a lo largo de la historia para aportar seguridad a las personas que lo utilizan.
Las funciones de estos cajeros automáticos ha ido aumentando, primero empezó solo con la extracción de dinero en efectivo, pero ha acabado sirviendo para ingresar dinero en efectivo o cheques, consultar los movimientos de la cuenta, recargar el saldo del teléfono móvil e incluso comprar entradas de espectáculos, entre muchas otras.
Por todo esto es por lo que los cajeros automáticos han supuesto una mejoría de vida. Nos os olvidéis de consultar las medidas de seguridad, que no vendría mal según están las cosas hoy en día.
Fuentes consultadas
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